Posibles escenarios de la posguerra en Gaza: control militar, gobierno palestino, reocupación o nuevo proceso de paz

Falta de una estrategia política israelí

"No estamos todavía en el día después, es temprano para decir qué va a pasar - aseguró el pasado viernes a RNE Lior Haiat, portavoz del Ministerio de Exteriores israelí - pero no vamos a dejar que Gaza vuelva a ser una base terrorista de ataques y amenazas". 

"No es solo que no puedan encontrar una estrategia, es que el Gobierno específicamente ha decidido no tener una estrategia", se lamenta Gil Murciano, director del Instituto Israel para Políticas Exteriores Regionales (Mitvim). "Una de las razones es que esta coalición es imposible que aplique una solución política en Gaza", añade, en conversación con RTVE.es, por lo que si el actual Ejecutivo de Netanyahu continúa en su puesto "las opciones son limitadas".

"Lo más probable es una continuación de la resistencia palestina sin tener en cuenta qué tipo de gobierno colonial se les imponga", declara por su parte Emile Badarin, académico palestino afincado en Suecia. En cualquier caso, añade, "habrá más muerte y sufrimiento humano, incluso si los israelíes dejan de bombardear", porque las infraestructuras mínimas indispensables para la vida han sido arrasadas.

Escenario 1: Gobierno palestino pero bajo control externo israelí

Uno de los objetivos declarados de Israel es desmantelar a Hamás en Gaza. Eso implica, por una parte, acabar con sus capacidades militares (al menos, la posibilidad de lanzar cohetes o de volver a penetrar en el sur de Israel), y sustituir su administración por otra, con o sin la ANP.

El Ministerio de Defensa israelí ha hecho circular un plan que apunta en esa línea. Israel seguiría manteniendo el control externo por tierra, mar y aire, como ha hecho desde que en 2005 retiró a sus militares y desmanteló las colonias en el interior de Gaza.

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Juan Rodríguez Garat, almirante retirado de la Armada española, advierte, no obstante, que destruir a Hamás exclusivamente por la vía militar "es imposible". "Requiere una vía policial, y muchos años, y seguramente haya que incluir cesiones políticas. - continúa - Israel probablemente pueda destruir sus túneles, pero no todas las armas. Eso no lo han conseguido ni en Cisjordania. Para eso habría que destruir todas las casas, hasta los cimientos".

En cambio, "el dominio de las fronteras es posible, pero a un alto coste en alistamiento, recursos y políticamente". Rodríguez Garat se muestra convencido de que los mandos militares israelíes crearán una "zona de nadie" en torno a la frontera en el interior de la Franja, eliminando todos los edificios.

En cualquier caso, el almirante cree que las Fuerzas Armadas israelíes no repetirán los errores que hicieron posible la penetración masiva de las milicias palestinas el 7 de octubre.

Gil Murciano destaca que estos son los "parámetros de base" de los que parece partir el Ejecutivo israelí: control militar externo y alguna "fuerza" que ejerza el control civil en el interior d ela Franja. "Pero quién es esa fuerza es la gran cuestión política. - puntualiza - Porque la ANP no volverá a Gaza si no es como parte de un plan político más amplio: volver a la solución de dos Estados, a las negociaciones. Si no, la ANP no volverá, y la comunidad internacional (EE.UU., los europeos y los actores regionales, como Arabia Saudí y Emiratos Árabes) no entrarán en ese plan, ni darán los recursos necesarios para reconstruir Gaza". 

Escenario 2: Gobierno militar directo de Israel

Sin la colaboración de una "fuerza interior", Tel Aviv podría optar por volver a este control militar directo en Gaza. Tras la conquista de Gaza y Cisjordania (con Jerusalén Este) en 1967, Israel ejerció un control militar directo hasta los Acuerdos de Oslo (1993). Entonces retiró sus fuerzas de la mayor parte de los territorios y cedió la administración a la ANP, pero permaneciendo en ciertas áreas (que en el caso de Cisjordania se amplían continuamente junto con las colonias ilegales) y conservando el control externo.

Cualquiera de los dos escenarios anteriores supone continuar la ocupación ilegal del territorio palestino y esperar al siguiente ciclo de violencia. "Los israelíes quieren mantener a la población bajo control y dominación. Una cuestión diferente es si pueden hacerlo o no", señala Badarin.

"Cualquier discusión sobre quién va a gobernar Gaza es una continuación de esta idea colonial, racista, de que el pueblo palestino no tiene derecho a gobernarse a sí mismo", advierte el académico palestino. "El hecho de que la resistencia continúe, incluso bajo los bombardeos, nos debería enseñar que los palestinos nunca aceptarán un dominio extranjero, ni de Israel ni de ninguna otra autoridad en su nombre".

Escenario 3: Reocupación de Gaza

En 2005, Sharón tomó la decisión de retirarse unilateralmente de la Franja, desalojando a sus tropas y desmantelando el bloque de colonias de Gus Katif, con unos 8.000 colonos. Fue la llamada "desconexión". Israel conservó el control de las fronteras, el espacio aéreo y marítimo, y tras la victoria electoral de Hamás, en 2007, ha implementado, junto con Egipto, un bloqueo del enclave, hasta hoy.

Tras el 7 de octubre, políticos israelíes, entre ellos los ministros Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich (ultraderecha), han abogado públicamente por la expulsión de los palestinos de Gaza y la recolonización judía. Sus declaraciones forman parte de la denuncia contra Israel por genocidio interpuesta por Sudáfrica ante la Corte Penal Internacional.

Gil Murciano insiste en dejar claro que las declaraciones de Ben Gvir y Smotrich "no representan más que a una fracción de la opinión pública israelí, muy pocos apoyan esa idea".

Badarin, por su parte, asegura que estas propuestas no son exclusivas de la extrema derecha ni "un producto de los últimos tres meses". "Israel quería ver a los palestinos fuera de Palestina, es una idea antigua. La cuestión es que a menudo no se tiene en cuenta a la otra parte. La resistencia palestina toma contramedidas contra estas políticas. La limpieza étnica y este genocidio en desarrollo están ahí, pero los palestinos harán lo que puedan para permanecer en el territorio".

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Escenario 4: Una solución permanente y el futuro de los dos Estados

El escenario que quisieran ver los aliados más cercanos de Israel, Estados Unidos y los países de la Unión Europea (UE) es de un final de las hostilidades que impida una explosión regional y abra la puerta a otro proceso de paz, con el horizonte de la creación de un Estado palestino. Que es precisamente a lo que se opone Netanyahu.

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La última negociación significativa palestino-israelí, en Camp David (2000), terminó en nada. La UE, a propuesta de España, ofrece organizar una conferencia internacional para retomar el proceso.

"La solución de los dos Estados fue más un eslogan que una solución política, porque se permitió a Israel profundizar en su ocupación, creando más asentamientos y haciendo inviable una solución política al conflicto", ha declarado en RNE Ahmed Suboh, médico y embajador que ha ocupado diversos cargos en la ANP. 

"Sigue siendo viable para el pueblo palestino - ha añadido - pero cada día más personas del lado israelí quieren terminar con todos los conflictos y con la cuestión palestina con una solución militar israelí, haciendo desaparecer cualquier pretensión nacional de los palestinos". 

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"En lugar de hablar de dos Estados, un Estado o no importa cuántos Estados - declara Emile Badarin - lo que se necesita es que Israel responda de sus crímenes y se le fuerce a poner fin al sistema de apartheid, como hizo Sudáfrica, y construir un orden no colonial que esté basado en justicia e igualdad para todos los que viven entre el Mediterráneo y el río Jordán".

Para Gil Murciano, todo depende de si Israel tiene otro gobierno en los próximos meses, un gobierno más amplio y situado más en el centro. "Entonces se abrirían otras opciones, incluso fortalecer a la ANP primero en Cisjordania y luego en Gaza. Podría hablarse de la creación de un Estado palestino junto con la normalización de relaciones con el mundo árabe", considera. "Para mí eso sería una victoria. La victoria para Israel no se obtiene en el plano militar. Sería derrotar exactamente lo que Hamás e Irán intentan promover: impedir un proceso político palestino-israelí e impedir la normalización entre Israel y el mundo árabe".

Para el director del Mitvim, la guerra no va a tener un final claro, una hora y un día en que todo acabe, pero en cualquier caso, advierte, estamos en un "momento histórico crucial". "Nada va a ser lo mismo a como era antes del 7 de octubre: podemos llegar a un punto realmente malo, o a un nuevo horizonte".